Alejando el mal

Studying the bible?

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A menudo damos por sentadas y pasamos por alto las supersticiones, sistemas de creencias e ídolos que tenemos en la actualidad, pensando que este tipo de cosas son del pasado. Pero están muy vivos y activos en el mundo de hoy.

Una mañana escuché un pájaro tocar el exterior de mi ventana. Pensé que estaba viendo su propio reflejo o que estaría comiendo unos insectos. Luego, por un segundo, se me ocurrió que tener un pájaro tocando el exterior de tu ventana significa algo – tal vez algo iba a ocurrir o algo sucedía en mi casa.

¿Por qué pensé eso? Alguna vez en mi pasado debí escuchar un cuento similar. Pudo ser un dicho que leí, un psíquico que vi en televisión o posiblemente lo vi en una película. El punto es que pensé que el tener un ave junto a la ventana tenía un profundo significado.

En la Biblia leemos sobre muchas advertencias al pueblo de Dios. Se les dijo que no estuvieran en yugo desigual (2 Corintios 6:14) y que no se involucraran con ídolos y adoraciones ajenos (Salmo 81:9; Josué 24:23). También se les instruyó no recurrir a adivinadores ni brujas (Miqueas 5:12; Deuteronomio 18:10; Levítico 19:26). Estas no son advertencias en vano. Dios sabe cómo la gente puede desviarse al creer en sus propias creaciones. Deuteronomio prohíbe los ídolos de madera, piedra, plata, oro, bronce y hierro – dioses creados por el hombre (Deuteronomio 29:17; comparar con Daniel 5:4).

Vemos ejemplos de cómo varias personas se desviaron meramente por asociarse con idólatras. A través del Antiguo Testamento, leemos sobre reyes malos que permitieron que la idolatría floreciera, aunque hasta buenos reyes permitieron que los lugares altos quedaran intactos mientras limpiaban todo lo demás. También leemos de esposas de reyes que trajeron sus ídolos de otras tierras.

Tal vez piense que esto no tiene nada que ver con usted porque no tenemos ídolos tallados. Pero si lo piensa bien, sí los tenemos: Tenemos lectores de cartas de tarot, psíquicos, brujas y nosotros también creamos ídolos. Quizás no los tallamos de madera o los hacemos de metal, pero muchos sí adoran el dinero, oro, una persona o líder. Algunos hasta se arrodillan ante imágenes de la cruz, Jesucristo, María, los apóstoles, reliquias religiosas, imágenes de santos o lugares específicos que consideran santos.

El punto es que lo que introducimos a nuestra mente es lo que se queda. Mi abuela era muy supersticiosa. Ella no entraba a la casa hasta que viera blanco en mi gato negro. Tenía muchas ideas sobre qué significaba si un murciélago estaba en la casa o si uno ponía un sombrero sobre la cama. Todo sonaba bien tonto, pero ella lo creía completamente. Por eso debemos cuidar nuestras mentes de las cosas que no son de Dios. Las más pequeñas supersticiones pueden quedarse con nosotros. La mujer en el carnaval que quiere predecir nuestra fortuna puede poner ideas equivocadas en nuestras mentes. Recuerdo haber leído un artículo hace años sobre el hecho de que la gente que diariamente lee horóscopos terminaba provocando que cosas ocurrieran para que coincidieran con lo que leyeron en el horóscopo. Estos pueden influir en las acciones de la gente.

2 Reyes 17:33 describe un estado en el que no queremos estar: “Temían al Eterno, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados.” Aún en la iglesia podemos ser cautivados por rituales que nos alejan de lo que Dios y Jesucristo nos han enseñado. Puede ser algo pequeño para nosotros, como un guijarro que pateamos de nuestro camino. Sin embargo, a veces es una gran roca que se interpone en nuestro camino a la verdad.

Es importante impedir que el mal entre a nuestras vidas. Si logra entrar debemos detenernos, ver qué esta pasando y ponerle fin rápidamente – como el pájaro tocando mi ventana. Cuando la noción de alguna superstición vino a mi mente, inmediatamente la reconocí como tal y me recordé a mí misma que ese pensamiento fue puesto ahí por alguien o algo que no era de Dios. La profecía nos dice que la gente finalmente echará los ídolos que han creado, sabiendo que no tienen valor en sus vidas (Isaías 2:20). ¿Podemos echar los ídolos y creencias incorrectas de nuestras vidas?

Lorelei grew up in the Minneapolis, MN area. She was married to Robert Nettles in 1982 and both were baptized in 1986. Their only son Roger was born in 1995 and was baptized in 2015.
She has always enjoyed writing and especially likes writing about Christian living and personal experiences. Lorelei and her family currently live in Missouri.

 

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