El perdón es una fuerza poderosa

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La inspiradora historia de Jean Brandt, que perdonó a la homicida de su hermano.

Luego de la sentencia de la Corte en Dallas, Texas, una pequeña multitud protestaba afuera por lo que consideraban una leve sentencia, transmitida en vivo por el Canal de TV de Dallas-Forth Worth, Texas, EUA (WFAA Livestream).

Los carteles de la protesta decían: “Sin justicia no hay paz”

Pero, dentro de la corte, el ambiente era totalmente diferente. El hermano de la víctima, Brandt Jean, un joven de 18 años, le dijo a la homicida que la perdonaba y la amaba, en una declaración impactante.  

Brandt continuó diciendo, “No quiero repetir cien veces más cuánto nos ha arrebatado. Pienso que lo sabe … ni siquiera quiero que vaya a la cárcel. Le deseo lo mejor, porque eso mismo querría mi hermano Botham”.

Dijo, además, que lo mejor que le podría pasar a ella sería entregar su vida a Cristo. Entonces, se volvió al juez y le hizo una inusual pregunta.

“No sé si es posible, pero ¿le puedo dar un abrazo a ella por favor?

Todos los observaron unidos en un abrazo. El hermano de este hombre fue muerto por esta joven mujer, pero él le mostró a todo el país lo que significa el verdadero perdón.

La pesadilla empezó el 6 de septiembre de 2018, cuando la oficial de policía de Dallas Amber Guyger, regresó a casa del trabajo y, distraídamente, se bajó en el piso equivocado del edificio de apartamentos. Entró pensando que era su apartamento; la puerta estaba sin llave y medio abierta. Cuando vio al extraño en el interior (Botham Jean) le disparó. Ella fue sentenciada a diez años de prisión.

Todo el mundo se enfocaba en el asombroso ejemplo de Brandt, el joven hermano de la víctima, que se mostraba amable con esta mujer. Esta actitud es muy rara en nuestros días, en una cultura de enojo, venganza y deseo de destruir a quien nos hace daño.

Lo más extraño es que Brandt imitó el asombroso ejemplo que Jesucristo dejó para nosotros en la cruz. Cuando estaba siendo crucificado, escupido, sujeto a burlas y con gran dolor, oró diciendo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). “quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando perecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” (1 Pedro 2:23).

El perdón sana las heridas causadas por otros. Tenemos la opción de dejar atrás el pasado, perdonando a aquellos que nos han hecho daño y seguir adelante. Nuestro sanador, Jesucristo, nos inspiró por medio de este consejo escrito por el apóstol Pablo: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32). Él vivió este consejo en su propia vida.

¿Sabía usted que algunos estudios muestran que el perdón es beneficioso? Se ha encontrado que el acto de perdonar tiene grandes recompensas en nuestra salud, disminuyendo el riesgo de un ataque cardiaco, estabilizando el colesterol y el sueño, reduciendo el dolor, la presión arterial y los niveles de ansiedad, depresión y estrés.

Perdonar no es solo para beneficio de otros, sino para nosotros mismos, previniendo serios desórdenes más adelante. Jesucristo sabía de lo que estaba hablando cuando nos exhortó a perdonar.

La Doctora Karen Swartz, directora de la clínica de Desórdenes de Conducta del Adulto del hospital Johns Hopkins, dice: “Tenemos una enorme carga física cuando estamos heridos y desanimados. La ira crónica nos coloca en modo “pelea-o-huye”, que resulta en un incremento en los latidos del corazón, la presión arterial y la respuesta inmunológica. Estos cambios incrementan el riesgo de depresión, enfermedades cardíacas y diabetes, entre otras. El perdón, en cambio, reduce el nivel de estrés, mejorando nuestra salud” (Perdón: Su salud depende de ello [Forgiveness: Your Health Depends on It]).

¡Ah! Aparentemente Jean Brandt sabía del perdón y sus efectos positivos en el cuerpo y en nuestro estado mental.

Más tarde, en el programa Buenos Días América, dijo: “Esto es lo que hay que hacer para sentirse libre. No pensaba vivir el resto de mi vida odiando a esa mujer” concluyó.

“Sé que existe la paz mental y esto es lo que necesitamos hacer para tenerla” y agregó “Por esta razón despierto feliz en la mañana, porque quiero vivir feliz en mi vida”.

Perdonar es beneficioso para nuestra salud y nuestro estado mental. Tengamos un corazón que perdona, aún cuando la gente nos haga cosas malas, como tristemente ocurrió en este caso. Necesitamos buscar a Dios de rodillas, pidiendo ayuda para pronunciar estas dos poderosas palabras: ¡Te perdono!

Janet Treadway was born in Washington, D.C., but was raised in Knoxville, Tennessee. She started attending the Church of God with her mother at the age of 14 along with her twin brother, Jim.

She was baptized at the age of 19 in 1974. She has been involved in various activities, such as serving as the managing editor of UCG’s first teen magazine UsTeens, which was distributed worldwide and published in English and Spanish.

Janet’s first love is writing. She has contributed many articles in various publications such as Vertical Thought, Virtual Christian Magazine, United News and others. Her article “Take Action, Your Life May Depend on It” is also featured in the reprint “The Cycle of Abuse.” Janet draws from her own life’s experiences and challenges when she writes and is motivated to give readers hope that God will see them through anything.

Janet has worked in the home office of the United Church of God since 1998. She is married to Charles Treadway and has four children, David, Michelle, Michael and Josh, as well as six grandchildren and two granddogs, Jo Jo and Vinny.

 

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