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Preguntas Difíciles: ¿Son los cristianos culpables de idolatría?

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Dios condena enérgicamente la idolatría, tanto en el antiguo como en el nuevo testamento. Siendo estrictos debemos preguntarnos ¿la cristiandad esta contaminada por este pecado?

Transcript

[Gary Petty] Hace varios años, acompañé a mi hijo en una visita a un templo hindú como parte de una clase que estaba tomando de religión comparativa en la universidad. Vimos cómo los fieles se reunían frente a estatuas de varios dioses y diosas, algunos en forma de animales, uno en forma de hembra humana con múltiples brazos, mientras que los sacerdotes hacían ofrendas de verduras.

Muchos cristianos dirían que los rituales hindúes son idolatría y prohibidos en la Biblia. Otros cristianos afirman que todas las religiones son simplemente diferentes formas culturales para conectarse con el creador.

En Beyond Today, creemos que la Biblia es la Palabra de Dios revelada. El tema de hoy no es uno que podamos suavizar políticamente. Dios condena enérgicamente la idolatría tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. El apóstol Juan escribió: "Hijos, guardaos de los ídolos" (1 Juan 5:21).

Entonces, ¿qué es la idolatría? ¿Por qué condenó Dios al antiguo Israel por adorar ídolos? ¿El uso de iconos y estatuas cristianas es idolatría? ¿Por qué el apóstol Pablo dijo a los primeros cristianos que "huyeran de la idolatría?"

Vamos a desafiarle hoy tratando con una pregunta difícil: "¿Son los cristianos culpables de idolatría?"

[Locutor] Únase a nuestro anfitrión Gary Petty y sus invitados, ya que le ayudan a entender su futuro en Beyond Today!

[Gary] El apóstol Pablo caminó por las calles congestionadas de Atenas, Grecia, el centro filosófico y religioso del Imperio Romano. En sus muchos viajes estaba acostumbrado a ver estatuas de dioses y diosas griegas, romanas y egipcias. Pero en Atenas, se sentía angustiado por la gran cantidad de ídolos.

Pablo estaba en el Areópago -el anfiteatro de los filósofos- y les habló de un DIOS DESCONOCIDO -el Dios de la Biblia.

Miró los rostros de aquellos hombres cultos y religiosos, y proclamó: " El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas."(Hechos 17: 24-25).

Estos filósofos religiosos eran conocidos por interminables debates sobre la naturaleza de los dioses, pero las siguientes palabras de Pablo, realmente llamaron su atención. Su mensaje contenía una severa advertencia de este Dios desconocido. Pablo dijo: "…no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;  por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, "(Hechos 17: 29-31).

Vamos a leer eso de nuevo porque este es el centro de lo que estamos hablando hoy. Pablo dice: "... no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;  por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia,... "(Hechos 17: 29-31).

Dios juzga la idolatría como mal. Él ordena a aquellos que lo practican a "arrepentirse" o cambiar y seguirlo. Pero, ¿por qué Dios adopta una postura tan severa contra la idolatría?

Primero, definamos la idolatría. Principalmente, la idolatría es la adoración de una imagen, estatua o imagen como una representación de las deidades. También puede significar la excesiva adoración de cualquier cosa que tengamos como más importante que Dios.

El antiguo Israel fue condenado y castigado de idolatría por Dios. Dios se reveló a ellos de manera milagrosa e increíblemente maravillosa. Él les envió profetas, sacerdotes y líderes, y aun así, fueron atraídos a la adoración de Baal, Moloc y muchos otros dioses y diosas de los pueblos que vivían alrededor de ellos. Esta adoración implicó el uso de ídolos para representar los poderes místicos del mundo espiritual.

Los israelitas habían estado expuestos a la realidad del Dios Creador. Entonces, ¿por qué la idolatría -las imágenes de dioses representadas en piedra y madera- era tan atractiva para ellos?

Responder a esta pregunta puede ayudarnos a entender por qué muchos cristianos de hoy son culpables de idolatría.

Es importante reconocer que el culto israelita a los ídolos cananeos, no significó que renunciaran a adorar al Dios de la Biblia porque no lo hicieron. Simplemente mezclaban las ideas religiosas y las formas de culto para crear una religión inclusiva. Usted ve, todos los dioses, todas las religiones, eran formas simplemente diferentes de conectarse con el mundo del alcohol.

¿Suena un poco familiar? Este es el mismo mensaje del cristianismo de la Nueva era, una religión que en última instancia es anti-bíblica y anti-Dios de la Biblia. No tome el tema de la idolatría a la ligera.

¿Cuáles fueron algunas de las razones por las que los israelitas fueron atraídos por los ídolos?

1.       La idolatría es un intento de satisfacer la necesidad humana de una conexión espiritual.

erás, la idolatría contiene misticismo, conocimiento secreto, superstición y un "sentimiento" de conexión con fuerzas espirituales. El ídolo representa al dios invisible y las diosas. Contiene poderes místicos de ese dios. Es importante reconocer que las experiencias emocionales asociadas a la idolatría pueden ser muy intensas. Pueden parecer muy reales.

2. Una segunda razón es que la idolatría es un intento de ejercer poder sobre los dioses y sobre la naturaleza.

La idolatría implica agradar a los dioses o diosas para que el practicante pueda recibir el favor divino. Realizar el correcto, ritual apropiado, dará una buena temporada de crecimiento. Diga la oración apropiada y la diosa debe escuchar. Dé la cantidad apropiada de dinero y el dios del ídolo está obligado a perdonarle, o perdonar a sus seres queridos, de hechos erróneos.

3. Una tercera razón por la que los antiguos israelitas eran atraídos por la idolatría era la libertad sexual que ofrecía.

Dios limitó la actividad sexual a un matrimonio, entre un hombre y una mujer. Muchas de las antiguas religiones paganas celebraron la libertad sexual incluso a veces incluyendo la prostitución en el templo como un acto de adoración. Esta es una de las razones por las que los israelitas trataron de mezclar religiones entre sí, para que pudieran reclamar lealtad al Dios de Israel mientras disfrutaban de la libertad sexual.

La Biblia es muy específica en su condena de la idolatría. Dios prohíbe la idolatría porque pervierte nuestra comprensión de su singularidad como Creador y su relación con nosotros a través de su gracia y su autoridad.

En Deuteronomio 4 Dios recordó a los israelitas cómo les había dado los Diez Mandamientos desde el Monte Sinaí. Ahora escuchen lo que Él les dijo: "Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que Jehová habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos."(Deuteronomio 4: 15-19).

La adoración puede ser una experiencia emocional muy intensa, pero el poder y los efectos de la adoración se originan en quienes adoramos, no del uso supersticioso de iconos, imágenes e ídolos.

¿Qué piensas cuando escuchas la palabra "adoración"?

En español, la palabra "adoración" se usa muchas veces para significar canto de alabanza. Pero la palabra hebrea traducida como "adoración" significa "inclinarse". Significa mostrar sujeción total. Dios declara que su singularidad, su poder, su bondad requieren que nos inclinemos o nos sometamos a Él.

La idolatría ritual es un intento de agradar a los espíritus y motivarlos a hacer la voluntad de la persona que hace el ritual. Ahora escuchen esto, la verdadera adoración del Dios Creador es el deseo de someterse a su voluntad en Espíritu y verdad. 

El Creador del universo es omnipresente. Él posee todo el poder. Él es la bondad absoluta. Él no está limitado por leyes físicas como usted y yo lo estamos. La idolatría denigra de la naturaleza espiritual e imponente del Gran Dios. Es un intento de recrear a Dios en la imagen de su creación.

Pero si los cristianos no son cuidadosos, pueden caer en una forma peligrosa de pensar. Va a algo como esto: Dios ama a todos. Dios no es exclusivo. Por lo tanto, Él puede ser descubierto en todas las culturas y en todas las religiones; las imágenes de Vesta, o honrar a la Madre Tierra, o las estatuas de la Isla de Pascua, son solo maneras diferentes de relacionarse con Dios.

Esto es lo que escribió el Rey David hace casi tres mil años: " Nuestro Dios está en los cielos;

 Todo lo que quiso ha hecho.  Los ídolos de ellos son plata y oro,  Obra de manos de hombres.

Tienen boca, mas no hablan;  Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen;

 Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan;

 No hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen,

 Y cualquiera que confía en ellos."(Salmos 115: 3-8).

David escribió acerca de la absoluta futilidad de adorar dioses que no existen. La Biblia enseña que "hay un solo Dios, el Padre, de quien son todas las cosas, y nosotros para Él; Y un solo Señor Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y por quien vivimos ... "(1 Corintios 8: 6). Es imposible adorar al Dios verdadero a través de las estatuas y rituales de los dioses que no existen. El Dios de la Biblia es claro en este asunto-sus seguidores deben evitar todos los ídolos paganos.

Ahora esto nos lleva a la pregunta difícil: ¿pueden los cristianos ser culpables del pecado de la idolatría?

Si realmente entendemos la enseñanza bíblica, la idolatría es uno de los pecados más comunes en el mundo cristiano. Los cristianos cometen idolatría de dos formas.

Volvamos, pues, a la definición de la idolatría: la primera definición es la adoración de una imagen, una estatua o un cuadro como representación de deidades. Muchos cristianos cometen idolatría de esta manera y ni siquiera piensan en ello.

Aquí es donde usted y yo debemos hacer un intenso examen de oración a la luz de la Escritura. Veamos un ejemplo de la idolatría practicada en muchas iglesias cristianas.

Para muchos cristianos hoy, hay un ser divino, un ser que por la Inmaculada Concepción es sin pecado, un ser que actúa como intercesor y mediador entre los seres humanos y Dios-y este ser divino está representado con estatuas e imágenes y venerado con oraciones, Iluminación de velas y ofrendas. Estoy hablando de las representaciones de María, la madre de Jesús.

No estoy denigrando la importancia de María en el plan de Dios como la madre del Mesías, pero piense en lo que la Biblia nos enseña. Jesús es el Hijo de Dios. Él se sienta en el trono celestial a la diestra del Padre en poder y majestad. La Escritura dice que su rostro brilla como el sol y que estamos instruidos a orar en su nombre. Y Él es llamado Intercesor, Mediador y Redentor.

Recibimos el privilegio de entrar en una relación con Dios a través del sacrificio y resurrección de Jesús porque el Hijo de Dios es divino y sin pecado. O, como Pablo escribió a Timoteo: "[Dios]  desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios y un Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, que se dio a sí mismo en rescate por todos... "(1 Timoteo 2: 3-6).

Ahora, la Biblia honra a María, pero en ninguna parte se le declara como instrumento en la intercesión o mediación entre Dios y la humanidad.

En Beyond Today no deseamos menospreciar la sinceridad de nadie o el deseo de conectarse con Dios. Pero buscamos seguir la enseñanza de Jesús cuando dijo: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adore" (Juan 4:23).

El argumento hecho a menudo es que las estatuas de María son sólo "ayudas visuales" en la adoración de Dios. Si adoramos a Dios en Espíritu y verdad, ¿por qué necesitamos imágenes - las mismas cosas prohibidas por Dios en el segundo de los Diez Mandamientos?

Desde el Monte Sinaí Dios declaró: "No haréis para vosotros una imagen tallada, ni ninguna semejanza de lo que está arriba en los cielos, ni en la tierra debajo, ni en las aguas debajo de la tierra; No te inclinarás a ellas ni las servirás. Porque yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso... "(Éxodo 20: 4-5).

Los cristianos que adoran al Dios del Sinaí no necesitan imágenes ni ídolos para relacionarse con el Dios invisible. Los cristianos no necesitan ningún intercesor celestial excepto Jesucristo. Los cristianos no necesitan ningún mediador celestial excepto Jesucristo.

Un poco antes, discutimos cómo la idolatría es atractiva en su intento de satisfacer la necesidad humana de una conexión espiritual. Orar ante una estatua de María, con el bebé Jesús, puede darle una sensación de misticismo, un "sentimiento" de conexión con las fuerzas espirituales. Recuerde, las experiencias emocionales asociadas con la idolatría pueden ser muy intensas y todavía estar muy mal.

Además del uso obvio de estatuas, hay otra forma en que los cristianos son culpables de cometer idolatría, y esta segunda forma es un poco más sutil. Tenemos que tener mucho cuidado con esto.

No podemos adorar las imágenes de falsos dioses, pero ¿somos culpables de idolatrar materialismo, status, trabajo, placer?

Sabes, es realmente posible hacer de algo un ídolo haciéndolo más importante que Dios en nuestras vidas. Podemos hacer de un marido, una esposa, un niño, un trabajo, educación, una casa, posesiones, coche, tierra, estado e incluso entretenimiento. Podemos hacer de todo eso un ídolo.

Y este es el punto que Jesús hace en el Sermón del Monte cuando dijo: "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."(Mateo 6:24).

Jesús dijo que no podemos vivir vidas divididas. No podemos perseguir la voluntad de Dios en nuestras vidas mientras gastamos todo nuestro tiempo y energía tratando de obtener más y más cosas. Esta forma de idolatría puede ser muy difícil de reconocer debido al tipo de urgencia estresante que tenemos debido a nuestras necesidades emocionales, físicas y espirituales y nuestros deseos. Estamos impulsados ​​por esas cosas.

Así que aquí está una pregunta de búsqueda profunda  que necesita hacerse, debe preguntarse: ¿Cómo puedo gastar mi tiempo, energía y recursos?

¿Alguna vez se ha sentido frustrado porque le gustaría tener más tiempo para la oración y el estudio de la Biblia y para servir a Dios, pero su tiempo se consume por las exigencias de su trabajo y el peso de las facturas de tarjetas de crédito? Cuando finalmente consigues un tiempo libre, llena las horas con juegos de video o un viaje al lago para probar un nuevo barco, pero es todo tan frustrante y simplemente se siente apático.

Nuestra relación con Dios requiere interacción diaria -como todas las relaciones, nuestra interacción con Dios requiere tiempo y tiempo de calidad. Es por eso que el apóstol Pablo en Efesios 5: 5 compara la codicia-este deseo de las cosas- con la idolatría. Cuando tenemos, cuando alguno de nosotros tiene un obsesivo y deseo de algo, incluso algo que es bueno, podemos hacer que esa cosa, esa persona, esa experiencia sea más importante que Dios. Somos culpables de crear un ídolo falso.

Ahora antes de ir al panel de Beyond Today para discutir cómo la idolatría dificulta nuestra relación con Dios, revisemos lo que hemos cubierto hoy:

1. En primer lugar, la idolatría es la adoración de una imagen, estatua o imagen como representación de deidades. El uso de ídolos en la adoración está prohibido tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.

2. Dos: Aunque María, la madre de Jesús es honrada en la Biblia, no hay apoyo bíblico para su veneración o que ella es de todos modos co-intercesora o co-mediadora con Jesucristo. Usar las estatuas de María y rezarle es una forma de idolatría.

3. Y el número tres: La idolatría también puede significar la adoración excesiva de cualquier cosa que tengamos más importante que Dios. Y esta es una forma mucho más sutil de idolatría.

Nos acompañan los presentadores de Beyond Today, Darris McNeely y Steve Myers. Es importante que discutamos, ¿cómo distorsiona realmente la idolatría nuestra comprensión de Dios?

[Darris] Bueno, lo que sucede con la idolatría, Gary, es que los seres humanos toman algo y lo ponen a la imagen de Dios, si es una piedra, un obelisco, algún tipo de imagen de una mujer o de un hombre, como en el mundo antiguo. Y la razón por la que Dios dijo que no lo hiciera, fue porque es totalmente imposible capturar la naturaleza y el carácter de Dios en todo lo que es espacial o de cualquier sustancia. Y como seres humanos tendemos a poner nuestros propios valores, ponemos nuestras propias ideas en la de un dios, y nada de eso empieza a acercarse a la naturaleza y el carácter de Dios y por lo tanto, nos cegamos.

[Steve] Puedes ver por qué Dios diría algo así. Como omnipotente y todopoderoso Dios, ¿cómo puede cualquier objeto comenzar a captar lo que Él es? Y eso sólo se interpondría en el camino de nuestra adoración a Él, así que Él dice que no lo hagas. No lo hagas porque eso no representa quién soy.

[Gary] Correcto. Pero seamos honestos aquí con la gente que nos ven. Veneran a María o un crucifijo como parte de su relación con Dios. Y lo que dirían es que es una ayuda visual. Se dan cuenta de que no es María. Se dan cuenta de que Jesús todavía no está colgado en la cruz. Pero lo ven como una ayuda visual. ¿Cómo lidiar con eso? ¿Cómo responder a eso?

[Darris] Bueno, de nuevo las ayudas visuales sentimos que tenemos que haberlo convertido en algo que reemplaza realmente lo que Dios es. Y en los dos casos que mencionaste, María, como lo dijiste en su programa, María es honrada como la madre de Jesucristo y en la Escritura hay un papel apropiado para ella, pero ella no es un intercesor para la humanidad. Ella no debe ser adorada como Dios, que es  teología. Y otra vez, no hay manera de que eso pueda tomar el lugar de Dios. De hecho, se interpone entre nosotros y Dios, sin importar cuán sinceras sean las personas.

La idea de una cruz como símbolo del cristianismo fue algo que vino mucho, mucho más tarde en la historia. No hay forma de determinar si Cristo estaba realmente en una cruz o en una estaca vertical. Históricamente, podría haber sido una. Pero de nuevo, se interpone en el camino de realmente entender qué y quién es Dios.

[Steve] Creo que es un gran punto, cuando se considera lo que la Biblia dice al respecto. ¿Qué dice la Palabra de Dios? ¿Hay algún ejemplo en la Biblia donde podamos usar estas cosas como una inspiración, digámoslo, para adorar a Dios o simplemente nos estamos engañando en el hecho de que realmente son ídolos? Porque cuando miras la Biblia, no vas a encontrar un ejemplo de una vidriera, ni un crucifijo ni una madre María, ni lo que sea. Creo que encuentras justo lo contrario.

Encuentras artículos en toda la Biblia que la gente trató de usar como una representación de Dios y realmente se interpuso en el camino de su relación con Dios. Así que, si era el Arca de la Alianza, si era el Templo mismo- se convirtió en una gran imagen y un ídolo en un sentido, que bien, mientras tengamos el Templo o mientras tengamos el Arca de la Alianza. Entonces Dios debe estar con nosotros y debemos estar adorando a Dios correctamente. ¡Pero eso era falso! Y en realidad llevó a la gente al cautiverio. Y así creo que el ejemplo bíblico es justamente lo opuesto a usar elementos que de alguna manera nos ayudan a adorar a Dios. No es bíblico.

[Gary] Seamos realistas, hay una forma mucho más sutil de idolatría, de la cual Pablo habla específicamente. Y es que todos tenemos que tener cuidado de no poner nada, colocarlo entre nosotros y Dios, y convertirlo  en un ídolo. Entonces, ¿cómo lidiar con esta codicia como idolatría? ¿Cómo lidiar con eso?

[Darris] Bien, primero reconocemos que las cosas modernas que codiciamos: estatus, éxito, dinero, cinco coches, una casa más grande, sea lo que sea, son nuestras formas modernas de idolatría. Y luego se convierten en aquellos asuntos que formamos una identidad y una relación más profunda con lo que hacemos con Dios, y se interponen en el camino porque se convierten en las cosas que nos dan valor e identidad.

[Gary] Espero que le hayamos desafiado a buscar más en lo que he cubierto en el programa de hoy. Para ayudarle a hacer esto tenemos una ayuda gratuita para estudiar la Biblia titulada: Los Diez Mandamientos. Este valioso folleto le ayudará a comprender mejor las normas y valores que Dios reveló hace mucho tiempo en el Monte Sinaí, que tienen un significado importante para todos aquellos que quieren adorarle en Espíritu y verdad.

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Dios declaró en el segundo de los Diez Mandamientos: " No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso,... "(Éxodo 20: 4-5).

El Segundo Mandamiento enfoca nuestra actitud de adoración. ¿Estás viviendo en humilde admiración ante el Dios Todopoderoso? ¿O le estás adorando de una manera que es realmente ofensiva para Él? ¿Es Él quien determina las prioridades de su vida? Si no, entonces usted lo reemplazará con ídolos religiosos o la idolatría del dinero, las cosas y el estatus.

¿Quién es el Dios que le busca para adorarlo? Jesús dijo que el tiempo ha llegado "cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en el Espíritu y en verdad, porque son la clase de adoradores que el Padre busca" (Juan 4:23).

Únase a nosotros la próxima semana en Beyond Today mientras continuamos descubriendo el evangelio del Reino. También le invitamos a unirse a nosotros en la oración, "Venga tu reino." Para Beyond Today soy Gary Petty. Gracias por su atención.

 

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Gary Petty

Gary Petty is a 1978 graduate of Ambassador College with a BS in mass communications. He worked for six years in radio in Pennsylvania and Texas. He was ordained a minister in 1984 and has served congregations in Longview and Houston Texas; Rockford, Illinois; Janesville and Beloit, Wisconsin; and San Antonio, Austin and Waco, Texas. He presently pastors United Church of God congregations in Nashville, Murfreesboro and Jackson, Tennessee.

Gary says he's "excited to be a part of preaching the good news of God's Kingdom over the airwaves," and "trusts the material presented will make a helpful difference in people's lives, bringing them closer to a relationship with their heavenly Father."

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El segundo mandamiento

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Los ídolos son representaciones de dioses falsos e inexistentes, pero ¿acaso podemos hacer uso de pinturas u otros tipos de imágenes para representar al Dios verdadero?

“No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy el Eterno tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:4-6)

El segundo mandamiento va al meollo de nuestra relación con el gran Creador. Tiene que ver con varias cuestiones críticas: ¿Cómo conceptuamos a Dios? ¿Cómo nos lo explicamos o se lo explicamos a otros? Los ídolos son representaciones de dioses falsos e inexistentes, pero ¿acaso podemos hacer uso de pinturas u otros tipos de imágenes para representar al Dios verdadero? Pero sobre todo, ¿cuál es la forma correcta de adorar al único Dios verdadero?

Al examinar el primer mandamiento aprendimos que no debemos permitir que nada de la creación, incluso un ser humano, llegue a ser más importante para nosotros que nuestro Creador. El segundo mandamiento explica que en nuestra adoración no debemos reducir a Dios a la semejanza de un objeto físico. Esto, definitivamente, es algo que Dios no acepta.

El segundo mandamiento prohíbe explícitamente el uso de cualquier tipo de símbolos o formas inanimadas en la adoración al Dios vivo: “. . . ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (Éxodo 20:4). Pero de hecho Dios creó una imagen de sí mismo aquí en la tierra: el ser humano. En Génesis 1:27 se nos dice enfáticamente: “Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”.

Los seres humanos —descendientes de Adán y Eva— son imágenes vivientes del Dios vivo. De todo lo que Dios creó, sólo nosotros fuimos hechos a su semejanza: “El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán [ser humano o humanidad], el día en que fueron creados” (Génesis 5:1-2).

Nuestro Creador es un Dios vivo, no una estatua, figura o pintura inanimada. Cualquier forma en que se le quiera representar desvirtúa, enturbia y limita nuestra percepción de lo que realmente es, dañando así nuestra relación con él.

De todas las cosas creadas en los cielos y en la tierra, sólo los seres humanos reflejan de manera razonablemente realista una imagen del Dios viviente. De igual manera Jesucristo, como humano, reflejó la imagen de su Padre. Dios no sólo hizo a los seres humanos a su imagen, sino que nos creó para que lleguemos a ser aún más como él. Esa es la razón de nuestra existencia: desarrollar en nosotros su mismo carácter santo y justo. Por eso es tan importante que entendamos claramente el propósito del segundo mandamiento.

Sólo Dios puede revelar cómo es él

En cierto sentido, lo que Dios le dice a la humanidad en el segundo mandamiento es: “No traten de decirme cómo soy yo. ¡Yo les diré cómo soy! Es muy importante que se den plena cuenta de que no aceptaré representación alguna de mí”.

Nosotros necesitamos tener un entendimiento práctico de cómo somos semejantes a Dios en nuestra condición actual. También necesitamos saber cómo es que fuimos destinados para llegar a parecernos aún más a él.

Dios nos dotó de la capacidad de crear y dirigir; estas cualidades son comparables a las suyas, aunque obviamente en un grado ínfimo. De toda la creación física, sólo nosotros poseemos verdadero poder mental. Podemos razonar, analizar, planear y visualizar el futuro. Diseñamos y construimos; creamos literatura, arte y música. Podemos organizar, administrar y supervisar cosas, animales y gente. De manera muy, muy limitada, en muchas cosas nos asemejamos a Dios.

Mas en otros aspectos estamos muy lejos de ser como él. Nuestro carácter es débil y corrupto, y nuestras relaciones interpersonales dejan mucho que desear. Nuestro entendimiento espiritual es limitado, y muchas veces equivocado o tergiversado. Nuestras ideas frecuentemente resultan inexactas y nuestros juicios son parciales. Abrigamos prejuicios y estamos prontos a meternos en pugnas o luchas. En todos estos aspectos espirituales estamos muy lejos de ser semejantes a Dios. Si bien es cierto que Dios nos ha dado, en forma limitada, habilidades y características parecidas a las suyas, es mucho lo que debemos aprender y corregir para poder llegar a ser más como él en nuestro carácter y nuestra naturaleza.

El ejemplo perfecto

Con todo, Dios no nos ha dejado sin un modelo perfecto de su carácter. Jesucristo, como humano, tan perfectamente representó cómo es Dios que pudo decirles a sus discípulos: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9).

El apóstol Pablo describió a Jesucristo como “la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15). Un poco más adelante, describió a los cristianos como aquellos que se han “despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:9-10).

Dios se propone cambiar la naturaleza espiritual del hombre. Así como Cristo es “la imagen del Dios invisible”, así quiere el Padre inculcar en nosotros su propio carácter. Se acerca el tiempo cuando Dios transformará de una existencia física a una existencia espiritual a quienes en su corazón y mente hayan llegado a ser como él.

El apóstol Pablo explicó a los cristianos en Corinto cómo esto habrá de realizarse: “Esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:50-53).

Esta es la última etapa del proceso de transformación por medio del cual Dios está creando hijos conforme a su propia imagen espiritual. El apóstol Juan se refirió a esta misma transformación: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2).

Nuestro asombroso potencial es llegar a ser como Dios, siempre y cuando sometamos nuestras vidas en obediencia a sus mandamientos (Mateo 19:17). (Si desea más información sobre este tema, no deje de solicitarnos dos folletos gratuitos: Nuestro asombroso potencial humano y El camino hacia la vida eterna.)

Dios nos hace responsables

Esto nos trae a la última parte del segundo mandamiento: “. . . porque yo soy el Eterno tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” (Éxodo 20:5-6).

El Eterno Dios nos hace responsables por nuestras palabras y hechos. A los que no conocen el propósito del plan divino para el hombre, inclinarse ante un ídolo para rendirle homenaje a Dios puede parecerles un acto de gran devoción. Pero Dios espera que quienes entienden y lo adoran en verdad le demuestren su amor obedeciendo sus mandamientos de corazón, no cumpliendo ritos inútiles frente a determinado objeto.

Jesús dejó esto bien claro cuando dijo: “Dios es espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24). En nuestra adoración a Dios no debemos utilizar imágenes ni ritos sin sentido. Jesús explicó que “los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren” (v. 23).

El conocimiento y entendimiento de la verdad de Dios son indispensables para que se vaya formando el carácter santo, justo y perfecto que él quiere crear en nosotros (2 Pedro 3:18).

En Proverbios 2:1-5 leemos: “Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, y a la prudencia dieres tu voz; si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor del Eterno, y hallarás el conocimiento de Dios”.

Una vez que empezamos a entender la revelación de Dios, él nos hace responsables por lo que sabemos. Debemos aplicar en nuestra vida ese conocimiento. Los verdaderos adoradores de Dios son los que hacen lo que aprenden que deben hacer (Romanos 2:13; Santiago 1:22-25). En 1 Juan 2:4, el apóstol declaró sin ambages: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”.

Cuando obedecemos a Dios estamos imitando su forma de pensar y de actuar (Efesios 5:1), y esto es en sí un acto de adoración. Lo honramos y magnificamos por la forma en que vivimos. Cuando adoramos a Dios en espíritu y en verdad, permitimos que él vaya formando en nosotros su propio carácter santo y justo.

Los resultados insidiosos de la idolatría

La imagen física de una deidad, ya sea un grabado, una pintura, una fotografía, una escultura, etc., no tiene vida ni poder. Aun en el caso de que supiéramos con exactitud cómo es Dios —y nadie lo sabe— sería imposible hacer una imagen que pudiera representar los muchos aspectos del carácter de Dios que nos son revelados por medio de su Palabra escrita. En ocasiones Dios obra con ternura y misericordia, y en otras con gran ira y poder, pero siempre en amor y para el beneficio espiritual de sus hijos e hijas. Él no quiere que consideremos un rasgo de su carácter o personalidad sin tener en cuenta sus muchas otras facetas. Quiere que leamos acerca de él, que aprendamos cómo es y que lo imitemos fielmente.

Dios explica por qué no quiere que se usen imágenes en su adoración: “Guardad, pues, mucho vuestras almas; pues ninguna figura visteis el día que el Eterno habló con vosotros de en medio del fuego; para que no os corrompáis y hagáis para vosotros escultura, imagen de figura alguna, efigie de varón o hembra, figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire, figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra. No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol, y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque el Eterno tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos. Pero a vosotros el Eterno os tomó, y os ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que seáis el pueblo de su heredad como en este día” (Deuteronomio 4:15-20).

Dios quería que los israelitas recordaran que ellos debían adorar al Dios vivo, no a imagen o ídolo alguno, y que siempre dirigieran su adoración hacia el Creador y nunca hacia objetos dentro de su creación. Les mandó: “Guardaos, no os olvidéis del pacto del Eterno vuestro Dios, que él estableció con vosotros, y no os hagáis escultura o imagen de ninguna cosa que el Eterno tu Dios te ha prohibido” (v. 23). Como leemos en Levítico 26:1 y Números 33:52, las representaciones de dioses —ya sean grabados, pinturas, objetos de cerámica o metal u otros artículos cuyo propósito es la adoración— están incluidas entre los objetos prohibidos de idolatría.

Idolatría e inmoralidad

Las religiones idólatras del mundo antiguo estaban ligadas de manera intrincada con la fertilidad de los animales, la tierra y las plantas. Al asociar la fertilidad humana con los fenómenos naturales que sus ídolos representaban —el sol, la lluvia, la tierra— practicaron ritos de fertilidad en los que había orgías sexuales y prostitución en sus templos. La adoración en tales sitios vino a ser el foco de su inmoralidad. Admitían adolescentes para hacerlas servir en los templos como prostitutas. Se esperaba que los hombres acudieran a los lupanares de los templos para adorar a sus dioses locales. De esta manera la inmoralidad y la degeneración, disfrazadas con vestiduras religiosas, se consideraban virtudes.

Esta es la razón por la que con frecuencia la idolatría y la inmoralidad se mencionan juntas en la Biblia. El apóstol Pablo escribió acerca de este problema: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría” (Colosenses 3:5).

El apóstol Pedro nombró otras prácticas corruptas junto con la idolatría: “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan” (1 Pedro 4:3-4).

El poder que se encuentra detrás de todo esto

La idolatría se condena tajantemente, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Pablo encomió a los cristianos que se habían convertido “de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (1 Tesalonicenses 1:9), y a otros les recomendó: “Amados míos, huid de la idolatría” (1 Corintios 10:14).

Mucho más importante aún, él mismo explicó por qué es tan malo adorar a las representaciones de dioses: “¿Qué digo, pues? ¿Que el ídolo es algo, o que sea algo lo que se sacrifica a los ídolos? Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios” (vv. 19-20).

Detrás de este asunto de los ídolos y todas las demás manifestaciones de idolatría se encuentra Satanás mismo: “Si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo [mundo] cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:3-4).

Satanás influye en la gente para que en sus mentes visualicen como una imagen inanimada —muerta— al propio Hijo de Dios. El propósito de Satanás es desviarlos para que no conozcan ni sirvan al verdadero Jesucristo de la Biblia, quien es la imagen viva, vibrante y perfecta del Dios vivo. Al cegar a la mayor parte de la humanidad (Apocalipsis 12:9) para que no vea la importancia que tienen los mandamientos de Dios, Satanás ha tenido éxito en desviar a millones de personas que profesan adorar a Cristo, para que adoren a ídolos o imágenes, todo lo contrario de las claras instrucciones de Dios en el segundo mandamiento.

Debemos recordar por qué fuimos creados

El segundo mandamiento es un recordatorio constante de que, de toda la creación, sólo el hombre fue hecho a imagen de Dios y conforme a su semejanza. Únicamente nosotros podemos ser transformados en la imagen espiritual de Cristo quien, por cierto, vino en la carne como la imagen espiritual perfecta de nuestro Padre celestial. Este mandamiento protege la relación especial que tenemos con nuestro Creador, quien nos hizo a su imagen y continúa modelándonos a fin de que, algún día, cada uno de nosotros llegue a ser una imagen espiritual de él.

El segundo mandamiento nos recuerda que Dios es mucho más grande que cualquier cosa que nosotros podamos ver o imaginar. No debemos permitir nunca que ese conocimiento sea desvirtuado o borrado por hacer uso de imágenes o símbolos en nuestra adoración a Dios.

Gary Petty is a 1978 graduate of Ambassador College with a BS in mass communications. He worked for six years in radio in Pennsylvania and Texas. He was ordained a minister in 1984 and has served congregations in Longview and Houston Texas; Rockford, Illinois; Janesville and Beloit, Wisconsin; and San Antonio, Austin and Waco, Texas. He presently pastors United Church of God congregations in Nashville, Murfreesboro and Jackson, Tennessee.

Gary says he's "excited to be a part of preaching the good news of God's Kingdom over the airwaves," and "trusts the material presented will make a helpful difference in people's lives, bringing them closer to a relationship with their heavenly Father."